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Cinco consejos para ahorrar al regreso de las vacaciones

 

Cómo organizar tus cuentas para sobrevivir a ‘la cuesta de septiembre’

 

Agosto termina. Si lo único que te queda de las vacaciones es un bonito recuerdo y una cuenta corriente vacía, ha llegado el momento de organizar tus cuentas para evitar la cuesta de septiembre. Comer patatas cocidas durante todo el mes no es la solución. Deja de procrastinar y averigua cómo puedes ahorrar sin demasiados sacrificios. Para empezar, siéntate y revisa tu extracto bancario de los últimos tres meses. Repasa qué cargos habituales tienes. Una vez localizados los principales pagos mensuales, aquí puedes encontrar algunos consejos para que sacar las tijeras te sea más leve.


1. ¿Te conviene tu banco?

Las comisiones bancarias se han convertido en un lastre. Además de las más polémicas que acaban de anunciar algunas entidades —como cobrar dos euros por sacar del cajero a los que no sean clientes— hay algunas que quizá en realidad no estén aprovechando (gastos por tener más de una tarjeta de crédito o por el correo que te envían a casa) y muchas admiten poca justificación —por ejemplo, pagar por ingresar dinero en ventanilla—. La vuelta de las vacaciones podría ser un buen momento para revisar tu cuenta corriente y abaratar —o eliminar— este capítulo. 

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Domicilia todo lo que puedas. La mayoría de entidades reduce las comisiones si domicilias la nómina y un cierto número de recibos. También suele premiar a los clientes que usen tarjeta de crédito un determinado número de veces al mes. Revisa tu contrato y sácale provecho, porque no tener nada domiciliado puede salir muy caro. 

Compara las ofertas. Si te parece que tu banco te cobra demasiado, ¿por qué no buscas alternativas? Hay mucha oferta, y quizá no vale la pena que te gastes de más cuando una oficina unos metros más lejos te ofrece mejores condiciones. No te olvides de barajar Internet: los bancos online suelen ser los más baratos. 

Internet en lugar de la oficina. La revolución digital se ha impuesto en todos los sectores, también en el bancario. Las entidades quieren potenciar su presencia en el área digital y tratan de acelerar esa tendencia haciéndote pagar de más si acudes a la oficina. Quizá puedes ahorrar usando el cajero y la oficina online


2. ¿Cuánto te gastas en electricidad?

Tratar de entender el recibo de la luz da dolor de cabeza. Y, lamentablemente, nunca encontrarás un chollo: Pero existen sistemas que pueden permitirte ahorrarte unos céntimos al día: por ejemplo, la nueva tarifa regulada tiene más de 200 comercializadoras y una cantidad de planes y ofertas muy extensa. ¿Seguro que tienes contratada la mejor opción?

Revisa tu plan. Si te acuestas muy pronto y por la mañana sales de casa antes que el sol, no tiene sentido que tengas un plan nocturno; asimismo, si tienes una casa grande con muchos habitantes, quizás lo mejor para ti es una tarifa fija durante todo el año. Recuerda que el cambio de compañía es gratuito —salvo que tengas un compromiso de permanencia— y automático: no hay que darse de baja y tu petición se tiene que resolver en un plazo de 21 días. 

Averigua qué potencia tienes contratada. Este término indica la capacidad de tu instalación para soportar todos los electrodomésticos encendidos a la vez. 

Elige electrodomésticos eficientes. Si algún electrodoméstico se estropea o tenías un dinerillo guardado para comprar un aparato nuevo, apuesta por la eficiencia energética. La Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Electrodomésticos (Anfel) asegura que, al sustituir aparatos antiguos por otros de alta clasificación, el ahorro puede ser muy relevante —en el caso de un frigorífico con congelador integrado y antigüedad de 15 años, el ahorro medio es de $500,000 pesos al año—. Son los electrodomésticos que tienen el símbolo A+++.


3. Revisa la factura del teléfono

La oferta es enorme y un poco liosa en todas las operadoras: llamadas ilimitadas, datos adicionales, paquetes con fibra óptica y televisión de pago… Céntrate en lo que te hace falta y elige lo mejor según tus necesidades. 

Compara ofertas. Hay que considerar que no es lo mismo pasarse todo el día navegando por Internet que haciendo llamadas. Es esencial escoger la oferta que más nos convenga de acuerdo con nuestros hábitos. Busca en los comparadores y pregunta a tu compañía si te puede hacer una mejor propuesta. 

Unifica tus líneas. Si tienes varias líneas en casa separadas, quizás te convenga unificarlas. Echa cuentas y contrata lo que más te conviene.

Date de baja si ya no te merece le pena. Varias compañías —Movistar, Claro, Virgin,ETB y Tigo— han decidido subir el precio de algunos de sus planes de manera unilateral. Si ya no te compensa, puedes darte de baja aunque tengas compromiso de permanencia, pero es mejor que resuelvas este trámite a través de una asociación de consumidores, ya que las compañías suelen poner muchas pegas.

¿De verdad te hace falta? Las operadoras apuestan ahora por comercializar en paquete todos los servicios. Si quieres solo teléfono e Internet, posiblemente te ofrezcan incluir televisión. Y si disfrutas de ADSL, te ofrecerán pasarte a la fibra óptica. Piensa con cuidado si de verdad te hace falta. Y si te hacen un precio promocional, cuidado: muchas veces el precio reducido solo dura unos meses, pero las compañías te obligan a permanecer abonado durante al menos un año entero.


4. Empieza a hacer la compra con cabeza

Cada hogar español tira a la basura un kilo y medio de comida a la semana. Ahorrar en este concepto no implica solamente buscar el producto más barato, sino comprar de manera racional y poner más atención a la conservación de los alimentos. 

Haz una compra racional. Revisa lo que tengas en casa, haz una lista de la compra y no vayas al supermercado con hambre. Si quieres dar un paso más, compra productos de temporada, cocina solo lo necesario y aprovecha las sobras.

Compara las ofertas. Quizás no las conozcas, pero hay aplicaciones y páginas web para comprar online y comparar precios. Por ejemplo, Carritus y SoySuper permiten elegir el supermercado más conveniente según la lista que tengas preparada.

Aprende a conservar la comida. No es casual que cada estante de la nevera tenga temperaturas diferentes. La zona superior, la menos fría, está pensada para los alimentos cocinados; el centro es el reino de lácteos, embutidos y productos ya abiertos; el último estante es para carnes y pescado y los cajones para frutas y verduras. La despensa tiene que ser un lugar fresco, seco y ventilado, con una temperatura que oscile entre los 10 y los 21 grados centígrados, de acuerdo con la Guía práctica para el consumidor del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Guarda los comestibles en contenedores herméticos y, por último, no se te olvide la regla fundamental: lo primero que entra es lo primero que sale.


5. No te dejes arruinar por la vuelta al cole

La vuelta al cole en 2015 tendrá un coste prácticamente igual al del año pasado, según informa la Organización de Consumidores y Usuarios ¿Cómo se puede recortar este capítulo de gasto?

Pide presupuesto. Dependiendo del establecimiento donde compres los libros de textos, el gasto puede ser mayor o menor. La opción más barata suelen ser los hipermercados, seguidos por las tiendas online; la más cara las librerías tradicionales. La diferencia de precio puede llegar a ser del 25%. Aun así, no lo des por sentado: lo mejor es pedir presupuesto y averiguar las opciones de pago y promociones.

Recicla e intercambia. Antes de hacer cualquier lista de la compra, revisa lo que tienes en casa: bolígrafos, cuadernos, estuches, mochilas, ropa… y recicla lo que esté en buenas condiciones. Tampoco es necesario comprarlo todo de una vez; puedes esperar a que los precios bajen para adquirir aquellos artículos que no son imprescindibles al principio del curso escolar. Averigua también si hay ayudas publicas y si tienes acceso a ellas. Y recuerda que el ahorro siempre es mayor si se reutiliza y se intercambia: el material de los hijos mayores —y de los hijos de amigos y conocidos—, el apoyo de asociaciones de padres y madres, los mercadillos de segunda mano y las bibliotecas son otras opciones a considerar, tanto para los libros como para el material, el uniforme o la ropa.

Las marcas blancas suelen ser más baratas. No te dejes atrapar por las promociones y los descuentos, porque puede que acabes comprando de más. Si necesitas abaratar tu lista de la compra, las marcas blancas son en general más baratas, aunque a veces deberás estar atento a la relación calidad-precio. Cuida que el material escolar cumpla las normas de seguridad europeas y evitarás sustos por materiales tóxicos o de mala calidad.

Fuente: http://economia.elpais.com/