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Esta es la táctica de ahorro para los que “no pueden ahorrar”

 

Si bien una de las principales dificultades que pueden presentar las personas es la de separar parte de su dinero para dejarla en su cuenta o en la alcancía, esta estrategia puede llegar a ser mucho más útil y sencilla.

 

Una de las claves financieras que comparten las personas que han logrado una estabilidad económica y un éxito con sus finanzas, es la del ahorro. Se convierte en una especie de primer paso importante con el que la persona comprende el funcionamiento de la economía y cómo tener una tranquilidad, ya que es ese “colchón” que le permite soportar momentos difíciles y grandes gastos.

Es así como, desde temprana edad las personas suelen acostumbrar a los niños para que, cada vez que tengan una moneda, la consideren guardar y, al acumular varias, podrán acceder a comprar lo que han querido durante un tiempo; ejercicio que enseña cómo el esforzarse por pequeñas metas trae una recompensa al final.

Pero lo que sucede luego del paso de los años y al momento de crecer y convertirse en  adulto es que este tipo de ejercicios se olvidan y se hace mucho más fácil obtener dinero a través de otros métodos que no requieren esfuerzo, tiempo ni paciencia, como el crédito o ceder a compras no necesarias porque se cuenta, de momento, con el dinero.

Por ejemplo, ¿alguna vez ha ahorrado durante más de tres meses para comprar los zapatos que tanto quiere o ese último juego de Xbox? Esto demuestra qué tanto usted puede llegar a ceder a sus deseos o impulsos inmediatos y, aunque hacer compras que no planeaba no lo va a “hacer pobre”, sí se convierte en un mal hábito para el resto de su vida, que le hace ver cómo el dinero “nunca le rinde”.

Entonces, si es de quienes siempre se queja que no tiene el dinero suficiente para ahorrar, porque es lo que nunca ha establecido como prioridad, he aquí un pequeño truco para iniciarse en el hábito.

1. No se preocupe por la cantidad. En sí, lo que pretende esta metodología es desarrollar el hábito. El truco empieza porque usted durante el día, mientras hace compras o pagos, va dejando “las vueltas” en su chaqueta o bolsillo del pantalón. No las revuelva ni las refunda.

2. Precisamente, éstas son las protagonistas del plan: de ahora en adelante, todas esas monedas que le sobren luego de pagar algo, irán directamente a una alcancía o jarrón que usted destinará en su casa. Si es el caso, puede añadirle un candado, ponerle una foto de alguna meta fácil e inmediata que quiera y que le ayude a recordar por qué está haciendo lo que está haciendo.

3. En ocasiones puede que le sobren $300 pero en otras puede que de $100 en $100 le queden $1.000, lo que requerirá de su fuerza de voluntad para que todas estas monedas vayan directamente a ese jarrón.

4. Destine un horario específico. Lo recomendable es que sea recién llega a su casa en la noche y sabe que no va a salir más: busque en su bolso o en la billetera, o el bolsillo especial que le recomendamos, para que se convierta en lo primero que haga al llegar. La verdad es que los primeros días puede resultar algo complicado de recordar. Si es el caso, le recomendamos poner una alarma que le sirva como recordatorio para hacerlo.

5. Procure siempre tener monedas. Quizá resulte que un día no termine con ninguna o a lo largo de su jornada, las haya gastado. No se frustre por esto, pero la idea es que con el paso del tiempo usted mismo sea quien se exija tener ese dinero extra.

6. Póngase un límite de tiempo y haga seguimiento: lo conveniente sería después de unos tres meses, cuando esa cantidad de monedas se convierta en, al menos, los pasajes de transporte durante una semana.

¿Las ventajas?

Como ve, se trata de una ley del mínimo esfuerzo, con la que usted no pretenderá hacerse rico, pero a cambio desarrollará la habilidad para poder hacer del ahorro una costumbre diaria. Con este dinero en pequeñas cantidades o monedas de $100, usted alcanzará a suplir algunas necesidades diarias como alimentación o transporte aunque, dependiendo del tiempo que lo haga, también puede llegar a construir un fondo de emergencias que le ayudará en momentos difíciles.

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